Carlos Ereros, parte del mejor Argentinos Juniors de la historia: «Nos sentíamos ganadores»

Por Alber González | @albergonzalez90

La semana pasada se cumplieron 28 años de la obtención de la copa Libertadores de Argentinos Juniors que le dio la posibilidad de enfrentarse en Japón ante el equipo de Turín, que se había coronado como el mejor de Europa ese mismo año. Una entrevista exclusiva con uno de los goleadores de aquel equipo que representó al fútbol sudamericano en aquella final memorable. Los secretos de la formación del grupo y hasta la recurrencia a terapia para el plantel como solución de problemas internos. Vivir y sentir el fútbol en el tiempo de transición entre gobiernos militares y la recuperación de la democracia. Su visión de la actualidad futbolística y extrafutbolística argentina. El negocio de los clubes con “jugadores puestos” en el interior.

Carlos Ereros hoy trabaja en su oficina de Caseros | Archivo BdD

Carlos Ereros hoy trabaja en su oficina de Caseros | Archivo BdD

Carlos Ereros fue el que le regaló a Argentinos Juniors la ilusión de sentirse los mejores del mundo por un rato. Su tanto abrió el marcador de la definición Intercontinental con Juventus de Italia en aquella mañana porteña en la que el 2 a 2 final terminó llevando el partido a los penales, con sonrisas para los europeos. Veintiocho octubres pasaron para que el artífice de aquel gol le recuerde a Bitácora del Deporte lo que significó aquel equipo dirigido por José Yudica, tanto para el club como para el fútbol argentino.

A la final Intercontinental de 1985 se la recuerda como una de las mejores ediciones | Youtube alejandro cristian benedetti

 
Al rememorar aquel momento de la final en Tokio, Ereros afirmó sentir que el equipo de La Paternal era el más fuerte de Argentina y que el hecho de enfrentarse a los italianos en una copa internacional lo tomó como “natural” porque desde 1984 se habían logrado “cosas importantes”. Sin lugar a refutaciones, las estadísticas datan a Argentinos como el campeón de los torneos Metropolitano 1984, Nacional 1985, y las copas Libertadores e Interamericana del mismo año.

La definición por penales terminó 4 a 2 para los italianos | Youtube CristianLBanayNews10

Como generalmente pasa, el deporte y la política van de la mano. El caso de Argentinos Juniors tuvo un encuadre diferente, donde los tiempos de alcances y reconocimientos se vieron mezclados con la situación social del país. El día que se jugó la final Intercontinental, en Buenos Aires se esperaba la sentencia a los militares acusados de violaciones a los derechos humanos en el proceso de facto (1976-1983). “Esos primeros años fueron de alegría porque te podías expresar –subrayó– aunque con limitaciones porque ya tenías incorporada esa presión y el miedo a hablar”.

TAPA Clarín   10dic1985

Un día después de la final en Tokio, se conoció el veredicto del Juicio a las Juntas militares en Buenos Aires | Tapa del diario Clarin del 10 de diciembre de 1985

La reflexión del exjugador aclara cómo vivió en los años 80 esta serie de obtenciones deportivas: “Se toma más dimensión ahora que en ese momento porque vivíamos como en una burbuja del éxito”. Ereros fue el autor del 1 a 0 parcial del partido contra el poderoso equipo italiano: “Sabíamos lo que eran. Tenían jugadores muy conocidos: (Michael) Laudrup, (Aldo) Serena, (Antonio) Cabrini, (Michel) Platini, (Stefano) Tacconi, entre otros jugadores de selección italiana”, recordó. Con respecto al gol que abrió la cuenta en el estadio asiático, “recuerdo que sentí no tener más nada que alcanzar”. El otro tanto argentino lo convirtió José Antonio Castro, mientras que para el equipo de Italia lo hicieron Michel Platini y –a menos de diez minutos para terminar el partido– Michael Laudrup. En los penales, Juventus ganó 4 a 2 con el último tanto de Platini; en el equipo de Yudica fallaron Sergio Batista y José Luis Pavoni.
Para los logros deportivos en equipos, como el caso del fútbol, la unidad del grupo de trabajo es una de las mayores virtudes que deben adquirirse. Ereros manifestó que aquel conjunto era muy fuerte y unido y que, además, contaba con especialistas en cada una de las posiciones de la cancha. De todos modos, a medida que fue pasando el tiempo, los conflictos se hicieron más visibles. “Este grupo se armó en el 83. (Jorge) Olguín, (José Luis) Pavoni, (Enrique) Vidallé, Jota Jota (López) y (Jorge) Pellegrini eran los más experimentados. Los años fueron pasando y cada uno de nosotros fue adquiriendo cierto poder interno por tener personalidad fuerte, y llegó un momento en que los más grandes no querían largar el poder que habían cosechado, lo que llevó a que hagamos terapia de grupo para sobrellevar los problemas internos”, admitió.
De la actualidad, el jugador que se retiró a los 33 años en Deportivo Maipú de Mendoza (1993) se mostró conforme con la Selección y no tanto con el nivel del fútbol argentino: “A nivel resultado, las cosas están saliendo bien. La Selección no me desagrada. Arsenal es un equipo que odio verlo, me aburre: apuestan todo a las jugadas de pelota parada; a mí ese fútbol no me gusta. A veces jugar bien no es jugar lindo. Newell’s juega bien y lindo. Hoy prefiero ir a ver a Vélez, Lanús, Gimnasia y Esgrima La Plata”.
Con respecto a lo que pasa fuera de las canchas, en el interior de los clubes, fue más duro al sentenciar que esta situación apunta a que cada vez el fútbol sea más negocio y menos sentimiento. “Existen casos en que los clubes y los representantes te arman los equipos y lucran con eso. En las provincias se ven muchos casos de “jugadores puestos”. No tenemos pruebas de esto porque no se blanquea nada, es todo plata negra. Hay cosas muy raras y muy evidentes en el fútbol argentino”, criticó.


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